11/10/17

Poema de Raquel Jaduszliwer

                                   

El día del verano

Y así es
éste es el día de ahora 
transcurre todo bajo una cúpula hermética y sin pájaros
 
los días que pasaron
tan ajenos parecen porque fueron del viento y de la nieve posible

ahora
la ciudad se descubre desnuda entre los hierros
tan impropia y desnuda 
se le ven sus metales, sus alforjas exhaustas
los aguas sorprendidas para fuegos tan nuevos
para un altar alzado y soberbio que hoy estalla

todo va sucediendo con esa desmesura
propia de una abstracción del trópico que aún no conocíamos
y de pronto nos sentimos rehenes con una piedra al cuello
prisioneros a los que nadie les enseñó a escapar

y ay, cómo quisiéramos volvernos hombres lobos y acechar en los bosques
o en la sabana ser el rey
o también, por qué no
un diminuto insecto con todo el aire verde en torno
o alguna hoja increíble
de un lustre tan brillante como el sol

pero aquello pertenece a un olvido que nunca ha sido el nuestro
a la antigua manada que hace mucho se ha ido
que nos ha abandonado bajo el cielo metálico

todo transcurre ahora en esta nueva selva de elementos fallidos
que podrían un día derretirse sin más ni más bajo la cúpula radiante


                                                                                  

© Raquel Jaduszliwer

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5 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Hola Raquel: un poema de magnífica denuncia a la muerte de todo lo natural en las ciudades, a la creciente artificialidad de la vida. Y una infinita nostalgia de los tiempos en que todavía reinaba la naturaleza, el verde, la limpieza del aire. Excelente Irene Marks

17 de octubre de 2017, 11:51  
Anonymous Anónimo ha dicho...



Tremendo poema, Raquel. Doloroso.


Un abrazo,

Alicia Márquez

20 de octubre de 2017, 10:40  
Blogger Ines ha dicho...

Magnífico poema, Raquel, del que pueden hacerse múltiples interpretaciones dada la riqueza de su contenido y estructura, Abrazo grande, Inés.

23 de octubre de 2017, 18:22  
Blogger mariel monente ha dicho...

Raquel es tan placentero leer tu poesía, este poema es inquietante y bello: La selva que construimos para salvarnos nos enjaula...ay!

24 de octubre de 2017, 0:43  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Raquel, poeta que vive e imagina. Arrasa el tremendo verano, solamente mineral. A los animales y a las plantas las hemos echado. Hora es de sufrir la radiación. Es la tierra que nos dieron pero la cúpula no nos protege. Así, con cierta exageración, a cierta distancia, nace el poema. Un beso Isabel Llorca Bosco

29 de octubre de 2017, 23:49  

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